Buscar este blog

sábado, 10 de diciembre de 2011

Varanasi II

Al día siguiente nos levantamos también sin prisa. Desayunamos y salimos a dar un paseo, pero esta vez río abajo.


Por lo que vimos se trataba de una zona menos turística, sin hostales ni restaurantes ni vendedores.


Por allí encontrabas a niños jugando, búfalos bañándose, alguno que otro rezando y gente trabajando.


Los astilleros

Después de hacer alguna foto a algún grupo de niños, y no tan niños, que nos lo pidió (tras lo cual alguno también pedía “one rupee”), decidimos adentrarnos en las callejas hasta dar con alguna carretera con tráfico para coger un tuk tuk.


Esto era un equipo de fútbol

 

Nos dirigíamos a Sarnath (170 Rs.), un pueblo a unos 10 Km. de Varanasi donde hay unas ruinas budistas, además de un museo y un parque con ciervos. Por lo visto es un lugar importante para los budistas, ya que aquí Buda dio su primer sermón, y después debió ser un importante centro budista hasta que los musulmanes se cargaron todo cuando invadieron la ciudad. Ahora, desde mi punto de vista, a no ser que seas budista no hay gran cosa que ver.

Templo budista

Nos dimos una vuelta por las ruinas, que a excepción de la estupa Dhamekh (que marca el lugar donde Buda dio el sermón) y el pilar de Asoka, no ofrece mucho más, aparte de la tranquilidad del recinto.

Estupa Dhamekh

Después entramos al museo arqueológico, donde entre otras cosas se guarda el capitel del pilar de Asoka, que no es otra cosa que el león que es emblema nacional de la India.

Ya era hora de comer, y como no nos convenció mucho el pueblo, volvimos a Varanasi (150 Rs.) en tuk tuk para acabar en el restaurante del día anterior.

Una señora vaca

Allí, una vez más, comimos bien, tras lo cual nos quedamos un rato mirando a la gente pasar. Si te quedas un rato observando, probablemente veas algo curioso, como un señor con un mono atado a una cadena, con muy mala leche por cierto, que la había tomado con un perro y no hacía más que morderle el rabo.

Se nos había hecho tarde y en breve empezaría a refrescar, así que cogimos un ciclo-rickshaw para que nos acercara al hostal y coger algo de abrigo para después ver la puja, esta vez desde tierra. Pactamos con el hombrecillo 40 Rs., y le dimos algo más de propina, ya que nos daba mucha pena, pues era un hombre muy delgado que apenas podía con la bici... por un lado no me gusta usar este medio de transporte, pero por otro también pienso que esa gente necesita tener clientes, y seguramente con los turistas saquen algo más de dinero...

Al cabo de un rato ya estábamos entre la multitud de Dasaswamedh ghat, y con lo bajitos que somos tuvimos que buscar algún sitio al que subirnos para intentar ver algo de la ceremonia.


Tiene mucho de espectáculo de cara al turista, pero es bonito, y si estás en Varanasi tienes que verlo al menos una vez. Allí nos separamos, ya que yo me acerqué para intentar sacar alguna foto de recuerdo, y cuando nos encontramos un niño le había hecho un dibujo a Tamara en la mano. Por lo visto era un niño que decía que la conocía, aunque Tamara no se acordaba... la cosa es que debía ser verdad, porque no le pidió ni “rupee” ni nada.

De vuelta al hostal para cenar, vimos alguna puja más discretita, aunque no menos bonita, así que nos detuvimos un rato para contemplar el espectáculo.


Ya por fin en el hostal cenamos unas pakoras vegetales (unas “bolas” de vegetales, con una especie de rebozado y fritas) muy buenas, que debéis probar si os alojáis en el Scindhia Guest House, y a la camita, que al día siguiente queríamos madrugar para dar un paseo en barca mientras amanecía sobre el Ganges.

No hay comentarios:

Publicar un comentario